摘要
|
Uno de los varios oficios de la metáfora es el de nombrar realidades faltas de denominación; otro, de máximo interés aquí, el de tamizar lo nuevo a través de realidades familiares, menos disonantes o disruptivas (Lakoff & Johnson). Proyectando un dominio origen zeta, concreto e inmediato (abeja, por ejemplo), sobre un dominio meta equis, abstracto, abstruso o extraño en exceso (colibrí, por ejemplo), se atenúa el impacto cognitivo que causa equis, gracias a lo cual el colibrí no solo cobra visibilidad, sino que, ingresado en un orden corriente, se hace comprensible: pájaro abeja. Los bestiarios y las antiguas corografías estaban repletas de novedades, a menudo difíciles de concebir, para el público de la época: terra incognita, fauna y flora nunca vistas, monstruos portentosos. Para poder hacerse idea, o mejor, una imagen de la realidad exótica descrita (así como de la bondad o del peligro que esa realidad representaba), se la asimilaba a una realidad reconocible (o al menos concebible) con la que guardase algún parecido. Tal estrategia, observada en obras de tradiciones a priori muy dispares como el Shanhai jing (山海經) y los bestiarios medievales europeos, se intuye universal. |